La inclusión pone en el centro de la educación el respeto, la valoración y el reconocimiento de la diversidad como un rasgo característico de la humanidad. En este sentido, la educación inclusiva es un proceso permanente que invita a entender y responder a los intereses de los niños, niñas y adolescentes para promover su desarrollo y aprendizaje de calidad sin ningún tipo de discriminación, de acuerdo con el contexto.
En Colombia, se han logrado avances significativos en la garantía del derecho a la educación de las personas con discapacidad, mediante la transformación progresiva de diferentes actores y la implementación de prácticas que aseguran la plena participación de todos los niños, niñas y jóvenes en los procesos educativos.
Para seguir contribuyendo a este compromiso, la Fundación Saldarriaga Concha y UNICEF con el apoyo de Corpoeducación, están implementando la estrategia ‘Territorio Inclusivos. Sin dejar a nadie atrás’, que tiene como objetivo fortalecer las capacidades de gestión inclusiva en 25 secretarías de educación certificadas y 50 establecimientos educativos de 29 municipios del país.
Esta estrategia busca garantizar una educación inclusiva y de calidad para todos los niños, niñas y jóvenes, al tiempo que se promueve su bienestar y salud mental, permitiendo a los y las estudiantes desarrollar habilidades sociales y emocionales fundamentales, como la empatía, la colaboración y la resolución pacífica de conflictos.
El proceso de fortalecimiento incluye dos líneas de trabajo articuladas: la primera se centra en las capacidades de resiliencia y compasión, con el objetivo de promover la salud mental escolar en el marco de acción de las secretarías de educación y los establecimientos educativos. La segunda línea se enfoca en el fortalecimiento de las capacidades de gestión inclusiva de las secretarías de educación y los establecimientos educativos para lograr trayectorias educativas completas.
Esta alianza esta comprometida con la disminución de barreras que impiden el acceso de los y las estudiantes al sistema educativo nacional, reconociendo que la inclusión en la educación no solo beneficia a los niños y niñas individualmente, sino que también contribuye a construir una sociedad más justa, equitativa y solidaria.
