Por: Carolina López Romero
Comunicadora Social Armónico Agencia Consultora
El servicio educativo ha estado influido por las condiciones socio-económicas, culturales y de infraestructura de las poblaciones rurales; siendo estas zonas, según Gloria Orozco- analista Universidad Cooperativa de Colombia, “territorios en donde se dan formas particulares de utilización del espacio y relaciones sociales determinadas por la interrelación con la naturaleza y la convivencia con los demás pobladores”.
Algunos de los problemas que han afectado la educación rural en Colombia son la baja cobertura, la falta de calidad, largas distancias, el trabajo infantil durante las temporadas de cosecha y la pertinencia de una política educativa que se adapte al contexto, cierre brechas y garantice el desarrollo integral de los estudiantes.
Según el documento Reflexiones innegociables en educación básica y media para 2018-2022 de la Fundación Empresarios por la Educación, al terminar 2015, había más de 5 millones de niñas, niños y adolescentes por fuera del sistema educativo nacional, de esa población que no asistía a la escuela, el 40% vivía en zonas rurales afectadas por el conflicto armado. En 2016 el promedio de años de educación en una zona rural fue de 5.5 años por estudiante, mientras que en una urbana fue de 9.6; las cifras de asistencia a primaria y secundaria en el campo son mucho menores que las de la ciudad, y la deserción escolar en las zonas rurales es casi el doble que la de los centros urbanos.
Como respuesta a estas necesidades se han diseñado diferentes propuestas para incluir y fortalecer el sector, una de ellas es el Proyecto de Educación Rural- PER- del Ministerio de Educación Nacional que busca “incrementar el acceso con calidad a la educación en el sector desde preescolar hasta media, promover la retención de niños, niñas y jóvenes en el sistema educativo y mejorar la pertinencia de la educación para las comunidades rurales y sus poblaciones escolares con el fin de elevar la calidad de vida de esta población”.
La educación rural ha adquirido mayor importancia en la sociedad gracias a la superación de los obstáculos presentados en el territorio, ahora el reto también es para los docentes, quienes pueden pensar estrategias que aporten a su avance y mejoramiento, superando la idea sectorial de lo educativo para integrar planes que beneficien a todos los territorios del país y de ese modo, se amplíe la cobertura y la calidad de la educación nacional.
Para Luis Emiro Ramírez, docente de la Institución Educativa Rural Avenida el Caraño, en Florencia, Caquetá, “la educación rural de calidad solo se logra con trabajo en equipo, los niños rurales tienen muchos sueños, mucha creatividad, pero chocan contra el muro de la imposibilidad es hora de articular Estado, educación y entorno; hay que invertir en los jóvenes, entregarles capital semilla y darles el derecho fundamental como debe ser”.
La escuela rural debería formar solucionadores de problemas, lo cual implica una revolución en los métodos y contenidos educativos, otorgándole a los niños y jóvenes una educación que sea acorde a la situación del entorno y que promueva el desarrollo del mismo.
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