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REPENSAR LA EDUCACIÓN DESDE EL DESIGN THINKING

Autora: Tatiana Chaparro – Armónico Agencia Consultora.*

Pensar la educación en función de metodologías adecuadas para el aprendizaje, es uno de lo mayores retos que tienen los y las docentes en la actualidad. El desafío reside en la inclusión de nuevas prácticas que incentiven la creatividad, la resolución de conflictos y el pensamiento crítico en los estudiantes, porque según Reinhold Steinbeck, Codirector del Laboratorio de Diseño, Innovación y Creatividad de la Universidad de São Paulo, “los niños entran en el sistema educativo con una capacidad natural para ser creativos e innovadores, pero van perdiendo esa capacidad conforme avanzan en el sistema”.

Tim Brown, el director ejecutivo de IDEO y quien en 2008 visibilizó el Design Thinking, explica que este enfoque “utiliza la sensibilidad del diseñador y sus métodos de resolución de problemas para satisfacer las necesidades de las personas de un modo tecnológicamente factible y comercialmente viable. En otras palabras, el Design Thinking <<es una innovación centrada en la persona>>”. Ahora bien, este método orientado a la educación permite el desarrollo de un proceso donde los estudiantes pueden identificar las necesidades propias y las del entorno, para así pensar en ideas creativas e innovadoras que proporcionen soluciones eficaces a los diferentes problemas que son planteados por los docentes para el fortalecimiento de su pensamiento crítico.

La Compañía Global de Diseño Ideo, ha realizado una guía práctica para docentes titulada ‘Design Thinking para Educadores’, en la cual no sólo se explica el funcionamiento de este método en el ámbito educativo, sino que también facilita unas guías de apoyo para poder desarrollarlo con los estudiantes. Este proceso cuenta con cinco etapas:

  1. Descubrimiento: se caracteriza por el entendimiento de las necesidades propias y las que están presentes en el entorno. Esta fase se basa en la exploración de nuevos retos.
  2. Interpretación: aquí las historias de aquellas necesidades identificadas en la fase anterior son primordiales para la edificación de conocimiento relevante y para la investigación.
  3. Ideación: la lluvia de ideas o el brainstorming permite en esta fase del proceso generar y redefinir las ideas.
  4. Experimentación: el estudiante materializa las ideas a partir de la construcción de prototipos realizados por medio de diferentes métodos y técnicas. Lo más importante de este proceso es la retroalimentación que los docentes le ofrezcan a sus estudiantes para mejorar su proceso de aprendizaje.
  5. Evolución: la última fase se caracteriza por retomar los aprendizajes obtenidos durante las anteriores etapas y buscar las oportunidades para mejorar y seguir trabajando en la idea materializada. 

Esta es la ruta de navegación que plantea el Design Thinking para potenciar la creatividad y capacidad reflexiva de los estudiantes frente a sus necesidades y las de su entorno. Teniendo en cuenta la virtualidad a la que se enfrenta la educación actualmente, es una gran herramienta que permite dinamizar el conocimiento. Claro está que el desarrollo de su proceso no tiene que ser lineal y puede ser modificado por los docentes para el beneficio pedagógico.

Descarga en el siguiente link la guía “Design Thinking para Educadores”: https://www.designthinkingforeducators.com/Design-Thinking-para-Educadores_Spanish.pdf *CORPOEDUCACIÓN no es responsable por las opiniones ofrecidas en este espacio.